Su historia comenzó en la juventud y perduró por décadas, hasta que la fama y los conflictos personales marcaron un quiebre. El vínculo entre Chespirito y su primera esposa, Graciela Fernández, dejó huella en su vida personal y familiar.
La mujer fue clave en los inicios de la estrella de la TV méxicana. Ahora, la serie de Max reveló la importancia de su presencia y el interés por parte de los fanáticos.